El primer aspecto que resulta de especial importancia —y que impide por principio identificar al Maestro deJusticia con Yashua o con Santiago, el hermano de Yashua— es el hecho de su condición sacerdotal. El Pesher de los Salmos hallado en la cueva 4 de Qumrán señala de manera ineludible esta circunstancia al proceder a interpretar los versículos 23 y 24 del salmo 37. El texto dice de la siguiente manera:
«Pues por YHVH son asegurados [los pasos del hombre]. Se deleita en su camino. Aunque tropiece, no caerá, porque YHVH [sujeta su mano]. La interpretación se refiere al Sacerdote, el Maestro de [Justicia, al que] Elohim eligió para estar [ante Si, porque] lo constituyó para edificar mediante él la congregación [de sus elegidos] y enderezó su camino en verdad.» (4Q Pesher Salmos 3, 14-17)
El Maestro de Justicia no sólo era sacerdote, sino que además esta circunstancia era interpretada como un elemento esencial en el desarrollo de su papel espiritual. Resulta altamente posible que perteneciera a la estirpe de Sadoc (o Zadok) a juzgar por el papel que la misma tenía en la secta del mar Muerto.
Si el Maestro de Justicia entendía de una manera especial lo contenido en la Biblia, tal comprensión emanaba de la misericordia gratuita de YHWH y no de sus merecimientos. Como señala el documento conocido como 1 QH 9, 21-3: «Estas cosas las sé por Tu conocimiento, porque abriste mis oídos a misterios maravillosos aunque soy criatura de barro, modelada con agua, fundamento de oprobio, manantial de impureza, horno de impiedad, edificio de pecado, espíritu de error, descarriado, sin conocimiento, aterrorizado por tus juicios justos»
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